Buscando
en bibliotecas y hemerotecas, actividad predilecta de los literatos, después de
la lectura y escritura, y buscando noticias raras y curiosas, pero siempre
divertidas, me he encontrado con una perla en el océano profundo de las
noticias un tanto insólitas que me llamó la atención y que viene al pairo en
cuanto a los temas relacionado con el agua, esa maravilla líquida tan necesaria
para la vida. Me pareció sumamente interesante, aunque misteriosa y
desconcertante para quienes no tenemos nada de científicos, excepto la enorme
curiosidad por conocer las maravillas de la Naturaleza y los curiosos,
sorprendente y hasta increíbles descubrimientos e inventos que la ciencia y la
técnica nos ofrecen incansablemente.
Si
en el artículo anterior y primero de esta serie se hablaba del cuchillo que
corta el agua, en esta ocasión, y rizando el rizo de lo incomprensible para los
neófitos de la ciencia, va a tratar de un descubrimiento de 1968, pero del que
hablaba el periódico ABC,
en su sección de ciencia, el 30 de agosto de 2010 y
que trata del descubrimiento y posterior uso de la llamada “agua seca”.
Llegados
a este punto, y con la estupefacción que provoca una antinomia semejante,
decidí hablar, como profana que soy, de ese descubrimiento del que se hacía eco
la prensa española, décadas después. El agua siempre se ha considerado “húmeda”
como el fuego es caliente y el hielo es frío.
Nunca se ha conocido el fuego frío ni el hielo caliente. Para desdecir
esta idea aceptada comúnmente, los científicos inventaron el agua seca, lo que
nos deja secas las entendederas a los que no entendemos nunca nada del mágico
mundo de la ciencia y, si nos apuran, del mundo seco o mojado, tampoco.
Fue
en las fechas en las que se publicó dicha noticia cuando se había demostrado la
utilidad del “agua seca” y su inmenso potencial para frenar el calentamiento
global de la tierra, por lo que se le puede considerar el invento del futuro.
Quién en 2010 hablaba de las
aplicaciones del agua seca fue el doctor Ben Carter, de la Universidad de
Liverpool, quien presentó un estudio en el que analiza a fondo las propiedades
de este sorprendente compuesto y realiza unas muy interesantes conclusiones.
Para
quienes estén “pez” –ya que hablamos de agua- en este tema, y se pregunten qué
es el agua seca, hay que decir que es un compuesto formado por partículas que
contienen una gota de agua minúscula, rodeada de una nanocapa de sílice
hidrófobo –advierto que no pongo ni una gota de mi cosecha en esta
definición-,. Según parece, es “como si se rebozara una croqueta donde la masa
interior sería el agua y la exterior, la que le proporciona la consistencia,
sería el sílice (que en el fondo no es más que arena)”.
Esto
dicho así es entendible para todo tipo de entendederas, especialmente para los
“cocinillas”, pues lo que se consigue es un compuesto que tiene el aspecto muy
parecido a la harina tanto, en color como en textura. Aunque mucho nos tememos
que no estará tan rico como las croquetas.
Ahí
no acaba todo, pues según el sabio experto en su informe sobre el agua seca, su
mejor cualidad es que tiene la propiedad de absorber y retener más dióxido de
carbono –que como sabe la docta audiencia es el mayor gas de efecto invernadero
y que es muy importante en el calentamiento global, (de lo que me acabo de
enterar ahora)-, en una proporción de hasta tres veces más que el agua no seca,
o sea, el agua a secas.
Pero,
por si esto fuera poco, afirma Carter que se ha encontrado otra propiedad
también muy importante de este compuesto y consiste en su extraordinaria
capacidad de ser usada como depósito de gases. Esto convierte al agua seca en
un potente agente que puede ser utilizado en la lucha contra el calentamiento
global, además de ofrecer una importante opción para el estudio del
almacenamiento de gases.
Parece
ser que se ha demostrado que un litro de metano se puede contener en seis
gramos de agua seca –lo que deja atónito a quien lo lee porque tanto se pueda
contener en tan poco-, lo que sucede siempre que las temperaturas no sean
demasiado bajas. Igualmente sucede con los líquidos, por lo que el agua seca
abre enormes perspectivas de que este compuesto se pudiera usar como un
extraordinario medio de transporte para aquellos productos peligrosos o
especialmente nocivos, ya que mientras están contenidos en el agua seca son
completamente inofensivos.
Además,
también ofrece el agua seca otra propiedad que será muy útil para la industria,
según afirma el experto que ha realizado el informe en cuestión, y es su
capacidad de ahorrar energía necesaria en la fabricación de cientos de
productos de consumo. Y esto se explica por su capacidad de ejercer como
catalizador en la reacción entre el hidrógeno y el ácido maléico –no sé lo que
es, pero tiene un nombre muy sugerente-. De esta reacción se deriva el ácido
succínico –tampoco sé lo que es pero tiene un nombre que no resulta tan
simpático y ya se sabe que el nombre imprime carácter-, que es un producto muy
usado en la industria alimentaria y farmacéutica –es preocupante que comamos
esas cosas tan raras y con nombre tan feítos-. El ahorro parece provenir de
que, usando el agua seca para dicho fin, no hay que mezclar y agitar a los
precursores del ácido succínico –ahora se explica que el pobre sea tan poco
agraciado-, lo que es necesario y habitual en dichas industrias. Del uso del
agua seca se derivaría un gran ahorro energético y económico a gran escala.
Después
de leer este artículos y cumplirse el refrán que dice “No te acostarás sin
saber una cosa más” –sobre todo, cuando consiga entender lo del “agua seca” y
qué demonios es eso del ácido maléico y el ácido succínico, entre otras lagunas
que me provocan estos temas, sobre todo cuando hablan del agua-, tengo que
decir que el agua seca me parece encantadora por sus propiedades de ahorro que
siempre son tan importantes para las amas de casa y por su importante contribución
a la lucha contra el calentamiento global, lo que no es moco de pavo. O sea,
que es un invento del que se puede decir que es un todo un chollo,
comparable a los de las rebajas de El
Corte Inglés.
Ya
sólo me queda una duda al respecto por analogía para que la aclaren los
entendidos: Si 6 grs. de agua seca puede contener un litro de metano, ¿para
hacer una colada de 5 kilos bastarían 30 grs. de agua seca? El ahorro en “agua
mojada” sería considerable y muy a tener en cuenta en las economías domésticas.
Se
agradecería cualquier información al
respecto.